
No vamos a desconocer los conflictos que surgen a partir de problemas marcados por la agenda internacional. No seremos, las y los socialistas, quienes nos escondamos ante los problemas. Todo lo contrario. Estamos aquí para solucionar y superar cada reto, cada escollo, cada ataque a nuestro sistema de convivencia y libertad.
No por ello dejaremos de denunciar, en voz alta, la recurrente estrategia que siembra desconfianza y miedo entorno al futuro y que intenta rentabilizar demandas legítimas de diferentes sectores como el campo y el transporte.
No será la derecha caciquil, la del latifundio y los campos sin explotar a cambio de subvenciones millonarias, quien dé lecciones a un partido, el PSOE, que siempre ha estado del lado de los y las pequeñas empresas, de las y los agricultores, de los jornaleros y de quienes quieren seguir haciendo del campo su forma de vida. Y lo ha hecho con políticas, no con demagogia y falsedades.
Es la unidad ante los problemas, el consenso y la formación de un frente solidario contra la crisis, lo que nos hará más fuertes y podrá conseguir que salgamos de un momento complejo y con consecuencias aún por descubrir.
Un gran ejemplo de unidad ante la crisis desatada por Putin, es el trabajo conjunto entre los gobiernos de España y Portugal que ha conseguido que Bruselas acepte topes temporales a los precios del gas que se utiliza para generar electricidad con el objetivo de bajar rápidamente la factura de la luz. ¿Cuántas veces hemos dado la espalda a Portugal ignorando que, junto a Hispanoamérica, deberían ser nuestros grandes aliados por cercanía e influencia histórica?
En definitiva, esa unidad ante la desconfianza interesada de algunos, nos hace entender que ninguna demanda se soluciona sin diálogo porque, en realidad, quienes aspiran al uso de la fuerza para visibilizarse ante la ciudadanía, persiguen consecuencias políticas y no las mejoras de su condición de vida.
Es imprescindible entender el conflicto y mostrarnos unidos ante la barbarie de la guerra, atender los daños que ocasiona, ser solidarios con el éxodo de las y los ucranianos y avanzar en conjunto hacia soluciones coyunturales para paliar una emergencia humanitaria que se suma a la pandemia que vencimos.
El PSOE trabaja para solucionar y suavizar el impacto de una invasión absurda. Los 16 mil millones de euros para mejorar la vida de familias y empresas son una prueba de ello. Corresponden a ayudas directas y rebaja de impuestos: 10.000 millones de euros para créditos ICO y se destinan 360 millones para ayudar a los agricultores y ganaderos. Son, sin duda alguna, medidas destinadas a familias, trabajadores, ayuda humanitaria, tejido empresarial y económico, transporte, abaratamiento del coste de la energía y ciberseguridad.
Para concluir, quiero dejar claro que, como sociedad, para vacunarnos contra los extremismos, debemos expresar todo nuestro rechazo a los partidos políticos que usan la crisis global para desgastar a un gobierno, el socialista, que mostró el camino para salir de una pandemia y que mostrará, una vez más, el camino para resistir con responsabilidad cualquier ataque, de fuera y de dentro, a nuestro sistema de libertades.
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