
Nieves Concostrina nos ilustra, cotidianamente, con su particular visión de la historia de nuestro país. Habla claro y sin pelos en la lengua. Todos los que la hayan leído o escuchado conocerán su predilección por revelar la cruda realidad sobre los reyes españoles y sobre la nefasta influencia de la religión.
Sin duda, el más odiado y desenmascarado es Fernando VII al que, según sus propias palabras, lo menos que podía llamar es mastuerzo. La RAE define mastuerzo como persona necia y zafia, pero la primera acepción es planta herbácea anual de la familia de las crucíferas que, además, se ha vuelto a hacer popular en la horticultura ecológica.
El deseado fue lo peor que reinó en España; incluso el gran Goya prefirió exiliarse en Francia. Ese negro pasado debería servirnos para aprender y mejorar nuestro futuro como país. En lugar de eso sufrimos las consecuencias de políticos y herederos borbones de Fernando VII que parecen competir día a día con “el mastuerzo”. Falta de ejemplaridad, destierro árabe, un líder del PP fulminado por denunciar corrupción, otro que ríe y no encuentra los pobres que denuncian las ONG y el más nacionalista nostálgico de Franco que simpatizó hasta con Putin.
Hay partidos políticos que niegan el reconocimiento al gobierno por su trabajo y por conseguir que, al contrario de lo que sucedió en la crisis de 2008, se haya creado una red de protección tanto de trabajadores, con los ERTE, como a las empresas, como con los más vulnerables con el Ingreso Mínimo Vital, como a los trabajadores con la subida del salario mínimo o la reforma laboral.
Nieves Concostrina nos ilustra, cotidianamente, con su particular visión de la historia de nuestro país. Habla claro y sin pelos en la lengua. Todos los que la hayan leído o escuchado conocerán su predilección por revelar la cruda realidad sobre los reyes españoles y sobre la nefasta influencia de la religión.
Nada es perfecto, hay muchos problemas aún, pero eso no es motivo para no asumir que el gobierno ha tomado medidas acertadas, que han tenido como objetivo fortalecer la igualdad, también entre los pensionistas, asegurando la subida de las pensiones conforme a la subida del IPC. Pero ahora el escenario europeo ha vuelto a cambiar tras la invasión de Putin en Ucrania.
En un contexto de globalización y de cesión de soberanía a la UE, no es sencillo resolver los problemas sin incumplir los reglamentos europeos que nos obligan. Los partidos políticos que proclaman soluciones fáciles a los problemas complejos, únicamente buscan apoyo popular en base a su propaganda falaz, pero son incapaces de proponer soluciones creíbles y posibles. En definitiva, le mienten a la gente.
Por ello no es comprensible que, en una situación de guerra como la actual, en lugar de apoyar al gobierno, por el contrario, se busca la confrontación, se desinforma e intoxica, afirmando que otros gobiernos toman medidas ante la subida de los combustibles y la electricidad, que aquí no se toman. Lo último es que Francia subvenciona el gasóleo con 15 céntimos, cuando hasta el 1 de abril esa medida no entrará en vigor y aún así en Francia se seguirá pagando más caro que en España y, como siempre, sus camioneros repostarán en nuestro país.
La decisión de Pedro Sánchez de buscar el consenso europeo para tomar medidas globales es acertada, como lo fue conseguir los Fondos Europeos para la Recuperación tras la pandemia. En la actualidad necesitamos menos políticos “mastuerzos” y sería mejor que, en lugar de enfrentar a la ciudadanía y dividirla con mensajes de odio, se dedicaran a su cultivo porque así, por lo menos, producirían algo positivo.
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