La activista Amelia Tiganus y la académica Melissa Farley tiraron abajo los mitos acerca de la libre elección de ser prostituta y de los derechos que trae la regulación de la prostitución.
La secretaria de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, ha presentado este miércoles en el Círculo de Bellas Artes de Madrid la conferencia feminista ‘Hacia la abolición de la prostitución’. Fernández aseguró que “tenemos la obligación moral de acabar con la prostitución”.
Ante un auditorio de excepción, la responsable de Igualdad del partido tuvo palabras de reconocimiento para el legado de las feministas socialistas. Muchas de ellas se encontraban entre el público. Es el caso de la ministra de Justicia, Pilar Llop, la secretaria de Exteriores del PSOE, Hana Jalloul, o diputadas en el Congreso de los Diputados, como Isaura Leal o Susana Ros. Sin ellas, “en este país no tendríamos la legislación de defensa de los derechos de las mujeres que tenemos”. Andrea Fernández quiere recoger su testigo para “luchar hasta el final” en la abolición de la prostitución, “nos cueste lo que nos cueste”, así como la actual enmienda sobre tercería locativa en la ‘Ley del sí es sí’.
Las dos ponentes de la conferencia, Melissa Farley, fundadora y directora de la organización Prostitution Research and Education en San Francisco, y Amelia Tiganus, cofundadora de la Escuela abolicionista internacional debatieron sobre las consecuencias que para todas las mujeres tiene la prostitución y el proxenetismo.
En primer lugar, Tiganus hizo hincapié en negar que las mujeres jóvenes prefieran regular la prostitución en vez de abolirla. “Se ha roto la barrera” que establecía la moral católica entre “las buenas mujeres, representadas por la madre y los cuidados”, y el resto, que eran “malas mujeres”. Tiganus también reflexionó acerca del estereotipo de hombre poco atractivo y con problemas para socializar que tienen los hombres que pagan por sexo. “Las mujeres jóvenes se han dado cuenta de que aunque sus compañeros puedan tener relaciones sanas, prefieren acudir a la prostitución”. Según la activista, las mujeres jóvenes también son conscientes de que esto contribuye a que a ellas también se les trate mal.
El cuerpo de la mujer, el último producto capitalista
Amelia Tiganus, en su exposición, también explicó el papel que ha tenido la pornografía en el desarrollo de la prostitución. “El cuerpo es el último producto que al capitalismo le faltaba por ofertar. Lo hace a través de la pornografía, la prostitución y los vientres de alquiler”. Según Tiganus, “muchas de las mujeres que hemos sido prostituidas, también han sido enganchadas a la droga y al alcohol y nos han propuesto rodar películas porno”.
La prostitución ha crecido hasta tener un impacto en la economía global, en buena parte por el crecimiento de la pornografía. Ahora mismo, los proxenetas ya no van a captar mujeres vulnerables de otros países porque la sociedad entiende que no lo hacen voluntariamente. De este modo, cuando un putero paga “por eyacular en una mujer” de su país creen estar haciendo un “consumo responsable”. “El putero quiere producto local, kilómetro cero”. ¿Qué ofertan los proxenetas a esta demanda? “Lo único que tienen que hacer es usar el móvil” . No hace falta estar en un puticlub prostituyéndose. Las mujeres hoy son prostituidas desde casa, a través de aplicaciones móvil, cuyos dueños cobran comisiones por el uso de estas aplicaciones.
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